La llegada del calor genera un impacto en quienes consideran que es el momento de, rápidamente, perder kilos ganados quizás durante años. Un alto porcentaje de las personas con sobrepeso y obesidad reportan episodios de descontrol, los llamados atracones, que están subdiagnosticados pero pueden tratarse y curarse.
Cada 30 de noviembre se celebra el día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria, el trastorno alimentario más frecuente y paradójicamente el menos diagnosticado. Se estima que su incidencia esta entre el 2-5% de la población general y esta incidencia aumenta significativamente en la población con exceso de peso y obesidad. Aproximadamente un 40% de las personas con obesidad que buscan tratamiento especializado sufren este trastorno. Es por esto que su diagnóstico es tan importante a la hora de encarar un plan nutricional para descenso de peso.
El Dr. Sebastián Soneira, Jefe de la Sección de Trastornos Alimentarios y Psiquiatría Nutricional del Servicio de Psiquiatría de Fleni, quien forma parte de la nueva unidad especializada en el tratamiento del trastorno por atracón, lo define: “El Trastorno por Atracón se caracteriza por episodios en los que se ingieren grandes cantidades de comida en un periodo corto de tiempo y se acompaña de sentimientos de culpa y malestar. A diferencia de la Bulimia Nerviosa, en el Trastorno por Atracón no se observan mecanismos compensatorios y puede llegar a ser muy invalidante. El Trastorno por Atracón es el trastorno alimentario más frecuente (2-5%) y podría ser la causa del fracaso que experimentan muchas personas que intentan bajar de peso”. Estos atracones de comida suelen ser el producto de diferentes grados de restricción alimentaria previa y están vinculados a conflictos emocionales y que indican la presencia de esta patología alimentaria.
Lo positivo es que este trastorno alimentario tiene tratamiento y cura, aunque es clave que esté bien diagnosticado. El abordaje terapéutico es interdisciplinario contemplando los aspectos psicológicos, nutricionales y psiquiátricos involucrados en la génesis de este cuadro. “El tratamiento que proponemos implica un abordaje integral con un equipo conformado por un equipo interdisciplinario de especialistas con amplia trayectoria en intervenciones terapéuticas que han demostrado ser eficaces. Nuestro objetivo no solo implica el control de la ingesta alimentaria, sino que se trabaja en la recuperación del bienestar físico y emocional”, señala el Dr. Soneira.
Con el tratamiento adecuado, los pacientes mejoran su calidad de vida en aspectos nutricionales y emocionales. La esencia de la terapia consiste en regular la alimentación y adquirir hábitos saludables a través de estrategias conductuales y la modificación de creencias y pensamientos disfuncionales sobre la forma del cuerpo y el peso junto con otros factores que están manteniendo el problema. “Nuestro diseño del tratamiento es de forma personalizada a cada paciente a fin de que pueda lograr el cambio de hábitos, mantenerlos a largo plazo y recuperar el control de su vida”, resalta el Dr. Soneira.
Los lineamientos de la terapia psicológica específica para trastorno por atracón que desarrolló la Unidad especializada de Fleni, abarcan tres fases y llevan un tiempo de entre 20 y 40 semanas de abordaje terapéutico, con sesiones semanales de psicoterapia. Estas fases abarcan desde la psicoeducación sobre la regulación del peso, los atracones, la inefectividad de los mecanismos compensatorios como métodos para regular el peso al uso de estrategias cognitivo-conductuales para modificar la distorsión de la imagen corporal y las conductas de chequeo y las estrategias para minimizar el riesgo de recaída. Existen diversas opciones farmacológicas para el tratamiento de este cuadro que son evaluadas individualmente para cada paciente.