Por Eugenia Suárez Pedregal

En los últimos días, una serie de incidentes preocupantes ha puesto en evidencia los peligros que la contaminación genera en el Río Dulce. Varias personas, en su mayoría niños y adolescentes, han sufrido lesiones debido a la basura acumulada en las aguas y en las orillas del río. Vidrios rotos, latas de bebidas y otros residuos peligrosos son solo algunos de los peligros invisibles que acechan a quienes disfrutan de este hermoso espacio recreativo, que forma parte del patrimonio natural de la ciudad de Santiago del Estero, conocida como la Madre de Ciudades.

El Río Dulce, lugar de esparcimiento y relax para miles de habitantes y turistas, se ha visto afectado por la irresponsabilidad de quienes, a pesar de las campañas de concientización, siguen arrojando basura al agua y a sus alrededores. Estas prácticas no solo dañan el medio ambiente, sino que también representan un grave riesgo para la seguridad de quienes disfrutan de las playas, especialmente los más jóvenes.

La importancia de los guardavidas y su trabajo incansable

En medio de este escenario, los guardavidas desempeñan un rol crucial en la seguridad de los bañistas. Cada día, estos profesionales arriesgan su vida para evitar accidentes y rescatar a quienes pudieran estar en peligro, pero su labor va más allá de la atención inmediata: también son parte fundamental de las campañas de prevención que buscan concienciar sobre el respeto al entorno natural.

“Es frustrante ver que muchas veces, a pesar de nuestras recomendaciones, los chicos siguen metiéndose al agua sin saber los riesgos que corren por la presencia de objetos cortantes o peligrosos”, comenta un guardavidas que trabaja en la Costanera del Río Dulce. “Nuestro trabajo no solo es salvar vidas, sino también educar a la gente sobre cómo disfrutar de estos espacios sin poner en peligro su seguridad y la de los demás”.

La responsabilidad de todos: un esfuerzo conjunto

Desde la Municipalidad de Santiago del Estero, se realizan esfuerzos diarios para mantener la limpieza en las costas del río. Equipos de trabajadores municipales recorren la costanera a diario para recolectar la basura y mantener las playas en condiciones óptimas. Sin embargo, la tarea de preservar este entorno natural no puede ser responsabilidad de unos pocos. Es fundamental que cada visitante se comprometa a cuidar el espacio y a depositar la basura en los lugares adecuados.

“Los cestos de basura están ubicados estratégicamente en varios puntos de la costanera, pero la gente debe ser consciente de que, si va a comer o beber algo, lo más simple es guardar los residuos en una bolsita y luego tirarlos al cesto”, explica un vocero de la municipalidad. “No es solo una cuestión de limpieza, sino también de respeto por quienes vienen después de nosotros y por la naturaleza que nos rodea”.

Un llamado a la conciencia

El Río Dulce es, sin lugar a dudas, uno de los mayores tesoros naturales de Santiago del Estero. Ofrece a la comunidad un espacio único para disfrutar de la recreación, el descanso y el contacto con la naturaleza. Sin embargo, es esencial que cada uno de los ciudadanos asuma su responsabilidad y colabore en la conservación de este recurso invaluable.

El llamado es claro: cuidemos el río, cuidemos nuestra ciudad y, sobre todo, cuidemos de nosotros mismos y de nuestros niños. Solo trabajando juntos podremos garantizar que el Río Dulce siga siendo un lugar seguro y hermoso para disfrutar por generaciones.

Por MDC INFO

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *