Por Diego Ramos, politólogo santiagueño.
Permítanme tomar este título que le pertenece a Pedro Casaldáliga, religioso, escritor y poeta de Brasil, para ilustrar este tiempo prolongado de crisis en el país, en donde lo viejo no muere y lo nuevo no termina de nacer, y no porque tenga que ver en este caso con uno u otro personaje político, sino que tienen que ver con todos los personajes de aquí y de allá.
Lo cierto es que hoy los argentinos tenemos a Javier Milei, como legítimo presidente electo por el voto popular.
Tenemos un corto proceso de traspaso hacia el nuevo gobierno de Javier Milei y será ese tiempo el necesario para dar una luz de madurez política de cara a la sociedad, en un escenario electoral donde claramente ganó el fracaso de la dirigencia política en la vieja política, sin desconocer el voto legítimo de la esperanza en cada persona que emitió su voto, sea hacia Milei o Massa.
Si hay algún denominador común para toda la sociedad argentina es sin lugar a duda el triunfo de la democracia en sus 40 años ininterrumpidos, una base indiscutible y más que necesaria a tener siempre en cuenta, porque si bien esta construcción no tiene dueño, fue siempre colectiva y con esperanza.
Hay que reconocer que la decepción que viene provocando la política en todos los países ha creado una actitud de desconfianza, de desprecio y hasta de indignación frente a la política. Uno podía preguntarse cuáles son las causas y desgraciadamente es fácil denunciarla: los escándalos de corrupción, el nepotismo, la falsedad de las promesas electorales, las alianzas espurias, la inercia interesada de las oligarquías nacionales, la sumisión de gobiernos y políticos a la macro dictadura del capitalismo neoliberal, la falta de autocrítica y de autocensura.
Es evidente que hay mucho para aprender por parte de los derrotados como de los triunfadores, y más allá de las discusiones en términos de valores, es notorio que hay que construir nuevos mapas, los existentes están obsoletos, en especial para el sector del campo popular. En el caso de Milei, por su orientación ideológica, sino aprende de los errores de Menem y de Macri estará condenado a repetir los mismos traspiés siguiendo la misma bitácora.
Es cierto que un sector de la sociedad tenía en Sergio Massa depositada la esperanza de algo nuevo y diferente, sin embargo su ensayo de pos política (ni izquierda ni derecha) no alcanzó.
En el último debate presidencial le dijo a Milei, somos “vos y yo” -sin kirchnerismo y macrismo puro- lo que puso para estas horas dos grandes desafíos:
Por el lado de Sergio Massa la de no abandonar el barco, porque también hay esperanza en sus tripulantes en su capacidad para capitalizar y reinventarse en una seria y gran oposición, pues logró algo impensable, la de haber llegado a un balotaje siendo ministro de economía con el mayor índice de inflación y, por el lado de Javier Milei el desafío de no confiarse demasiado en aquel “mejor equipo de los 50 años” que venía a cambiar la historia, que por grandes desaciertos no pudo reelegir.
Si bien todo es prematuro, no deja de ser cierto que estamos en un panorama totalmente desconocido.
Por primera vez llega un economista a la presidencia y nunca antes un presidente argentino tuvo tan poco apoyo legislativo. Somos testigos que no son alentadores los antecedentes regionales de juicios políticos hacia presidentes débiles en los cuerpos legislativos e impopulares ante la sociedad. El escenario de poder cambió rotundamente y en esta nueva configuración algunos liderazgos se corren y otros se potencian, por ejemplo ¿alguien puede subestimar la importancia de los gobernadores y el proceso político de empoderamiento que alcanzaron en el espacio regional denominado Norte Grande encabezado por Gerardo Zamora? Un dato no menor es la figura del Papa Francisco quien llamó para felicitar al presidente electo Javier Milei; un Papa que todavía no pisó su propio suelo argentino, entra las razones por ser señalado como peronista y parte de la grieta. Hoy el escenario es propicio y no hay excusa para que ningún sector se oponga a que el jesuita, líder religioso llegue en visita oficial y aporte a la contribución de amplificar las miradas y los corazones.
Más allá de las primeras consideraciones generales, lo que ha quedado claro, con aciertos y errores, es que esta bendita nación ya eligió Democracia para Siempre y deberá ser en esos carriles en la que se deberá dirimir con altura y sensatez lo mejor para el pueblo argentino.
Lic. Ramos Diego
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